martes, 4 de junio de 2013

Sueños

Hace ya dos semanas que sueño contigo y lo sigo haciendo. Hay dos clases de sueños, los que me levanto con buen pie, es decir, que han sido increíbles y probablemente poco creíbles dada la patética situación que tenemos y los que me levanto con mal pie, es decir, los horribles los que nunca me gustaría vivir, a los que hoy por hoy tengo miedo. No saben como explicarme de que se valen los sueños si no son de verdad, hoy me he levantado con más angustia que nunca, supongo que será porque siento que has decidido tomar una decisión, la decisión de olvidarme, de dejar de ser tonta y cometer los mismos errores. He estado a punto de llamarte, de llorarte al oído, de suplicarte que empecemos de cero, sin mentiras, con todas las ganas del mundo y que si fallo en algo me perdones porque como ya sabes, no lo hago aposta, solo quiero quererte, irme al fin del mundo contigo y dejar de sentirme como me siento. Eres la mujer de mi vida, no veo nada si tú no estás es más no quiero estar con nadie más. Te estrecharía entre mis brazos y no te dejaría escapar nunca, es un sentimiento de horror, de no querer dormir para no soñar, que como tú habrás pensado mil veces ojalá, ojalá pudiera olvidarte pero ambas sabemos que no, que esto no ha podido acabar así que en el fondo de esta lucha constante estamos tu y yo condenadas a vivir juntas amándonos como un día lo hicimos y espero con el más énfasis de mi ser que así siga siendo. No puedo seguir así y lo peor es que tengo que buscar una solución y cuando parece que la tengo todo vuelve desde el punto del que no quería partir jamás, esta puta angustia que no me deja vivir y mi cabeza que me grita que eres tú quién va a estar a mi lado.

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